Vislumbramos
una gran pasión amorosa
que ha de ser encanto
y devoción
con una gratuidad serena.
Miramos hacia ese anhelo
que plantea el retorno
del cariño verdadero,
que nos salvará
de la soledad y la apatía.
Contemplamos la salida,
y lo bueno es que ya sabemos
hacia dónde queremos ir.
Juan T.
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