Voy al encuentro de los míos, de quienes se fueron estando a mi lado más de lo que a veces percibo. Voy a contarles que todo mereció la pena, hasta los malos momentos, puesto que nos enseñaron a seguir adelante sin hacer daño a nadie.
Voy a contarles lo que hago, que lo saben. Les hablaré de mis amores, de mis desasosiegos, de las calmas y tormentas, de los balances extraños, de las crisis perennes, de las dudas y de los aciertos, que nunca son por casualidad.
Hoy es un día de encuentros, de recuerdos, que no me saben a dolor, sino a raticos de gracia que nos brindaron los dioses y los duendes que nos configuraron en la amistad, como familia.
Es, esta jornada, muchas como ésta, puede que ésta de manera especial, un alto en el camino para reconocer que somos tan frágiles como fuertes, y que, aunque seamos polvo, como recordaba el soneto, somos, fundamentalmente, polvo enamorado.
Gracias por la energía que me otorgáis con vuestro amor, el de antes, el de siempre. Besos.
Voy a contarles lo que hago, que lo saben. Les hablaré de mis amores, de mis desasosiegos, de las calmas y tormentas, de los balances extraños, de las crisis perennes, de las dudas y de los aciertos, que nunca son por casualidad.
Hoy es un día de encuentros, de recuerdos, que no me saben a dolor, sino a raticos de gracia que nos brindaron los dioses y los duendes que nos configuraron en la amistad, como familia.
Es, esta jornada, muchas como ésta, puede que ésta de manera especial, un alto en el camino para reconocer que somos tan frágiles como fuertes, y que, aunque seamos polvo, como recordaba el soneto, somos, fundamentalmente, polvo enamorado.
Gracias por la energía que me otorgáis con vuestro amor, el de antes, el de siempre. Besos.
Juan TOMÁS FRUTOS.
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