Nos sugerimos estancias
divinas y graciosas
con las que caminar
hasta llegar a la señal
del amor,
que nos debe dar
impresiones sencillas,
consentidas
en la amistad permanente.
Nos preparamos para querer:
eso supone mucho entrenamiento.
No nos faltarán energías:
ya lo podemos decir.
Nos planteamos ser,
y, juntos, somos y seremos
hasta en lo lejano.
Juan T.
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