sábado, 14 de junio de 2014

El momento

El deseo
nos hace intuir
el futuro,
pero nos hemos de llamar
por nuestro nombre.

De lo contrario, habrá
equívocos, ralentizaciones,
fugas, silencios
no rentables, rotos,
o sencillamente por carencia
un buen día,
cuando sea,
no estaremos.

Nadie nos escuchará entonces,
y nadie verá
las lágrimas que dijimos guardar
para esa jornada
planteada, prevista,
en la huida permanente.

El deseo precisa un empuje:
puede que hoy sea
el lugar, el momento,
para la cita.
Puede, si así lo deseamos.

Juan TOMÁS FRUTOS.

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