Resucitas mi ser
con una entrega
que me transporta
a los albores del mejor día,
que compartimos,
y por eso lo es.
Nos refrescamos con dulces
deseos que humedecen
las caricias con las que sanamos.
Estamos en paz
con las ansias de descubrir
cuanto tuvo sentido.
Nos prestamos emociones
que liberan
los cauces de ríos de pasión
con los que nos ubicamos
del mejor modo posible
mientras viajamos hasta el inicio
de la bondad
que nos permite descansar.
Tomamos una porción
de dicha que alimenta.
Estamos muy bien.
Juan T.
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