Preñas el deseo
y lo conviertes en razones
con las que navegar
hacia el momento crucial
que nos debe pedir
un pulso nuevo.
El amor todo lo puede.
Nos hemos de preparar
para estimar
lo que sucedió:
la existencia se justifica
con los besos y abrazos
que compartimos.
Es todo.
Nos animamos
con reformas que están
en el punto básico.
Lo entendemos.
Hemos subrayado
los pasos elementales
y también los sustanciales,
los queridos.
Damos con las llaves
del cariño singular,
ese propio que es nuestro,
que hemos gestado en el hábito
de cada hora, cada segundo.
Llenas el día totalmente.
Juan T.
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