Nos introducimos en ese mundo que nos aclama con reglas de oro. Nos ponemos a sumar, y damos con las estancias que nos prestan singularidades con las que crecer. Los universos son diáfanos.
Nos hemos de otorgar beneficios que son vacilaciones que se estiran con cercanías que nos dirigen las miradas con las normas más básicas.
Hemos de servir de testigos para saborear los elementos que conceptualizamos con unos anhelos que iremos cubriendo de alegría y de buen hacer.
Pasamos hacia ese fin que es comienzo con reglas de oro que nos promocionan con diferencias que son climatizaciones que andan en pos de un amor que puede.
Nos añoramos, y nos damos todo, y todo es en la columna de ideas que nos fortalecen. Nos damos las gracias, y nos enseñamos a comportarnos como buenos hermanos. Quedamos para el futuro, desde el presente ya.
Juan TOMÁS FRUTOS.
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