Dibujo tu ser
con una sonrisa,
y, por mimetismo,
río yo también.
Así es la vida:
el ejemplo que seguimos
nos marca,
probablemente de por vida.
Más no se puede decir.
Aprender depende de uno mismo.
La disposición es todo.
Lo percibimos, la experimentamos.
Por eso, repito:
dibujo tu ser,
y sonrío, y sonrío...
Y sonrío otra vez.
Juan T.
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