Nos tomamos
ese tiempo que corrige
y nos lleva
donde el amor es válido.
La paz nos asiste.
Nos insistimos
con presencias
que nos conducen
a una nueva etapa
en la que dejamos el lastre
que nos puede y nos rompe.
Podemos estar
en el mejor tono,
dándonos ese instante
que nos apasiona y nos libera.
Sorprendamos
al cariño con más dosis
de jovialidad, de equilibrio,
de entusiasmo y de solidaridad
con nosotros y con los demás.
Nos hemos de pedir todo:
lo mucho y lo poco
han de estar en su punto.
Tomemos el tiempo preciso,
y luego éste nos dirá.
Juan T.
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