Divisamos el deseo
y lo admiramos
desde la disposición
de emplearlo
en una acción de gracias
que repercutirá
en cuanto somos y seremos.
La paz ancestral
nos ofrece visiones que salvan
con ese cariño
en la frontera que nos libera
de lo que fuimos
y nos adiestra
para ser más felices.
Toquemos la solución
con una verdad
que nos dignifique.
Mientras, divisemos,
admiremos, deseemos.
Juan T.
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