No justifiques:
sé tú misma.
No te quejes
con la melancolía a cuestas.
Procura esa felicidad,
que debemos alimentar
cada día con legitimidad.
No te frustres,
y, si ocurre algún motivo
para la caída,
levántate aprendiendo
que lo único que vale
es ser en la dicha
sin hacer daño a nadie.
Si buscas palabras,
que sean de explicación
sin ofensas,
y, ante todo, sí,
sé tú misma.
La recompensa
tocará el cielo.
Juan T.
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