Hemos llamado al claro deseo de amar con una fórmula de intención que nos previene con reglas que son de oro. Hemos consumado los mejores planes.
Nos damos lo posible con una gratitud eterna. Hemos juntado los anhelos de antaño, que suman, que son, que pueden, que distinguen.
Aclamamos y distinguimos. Pidamos con honor. Hemos llamado a ser. Nos convocaremos. Las pretensiones son de pura dicha.
Hemos acudido a la llamada que nos dispone para vivir. Deberíamos darnos mucho. Sorprendamos. Nos agotaremos.
Nos vamos a sorprender cada día. Las visiones serán imponentes, consultadas desde la experiencia de un cariño superior.
Juan TOMÁS FRUTOS.
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