Vamos a recibir
el deseo
con una voluntad que son dos
en un tránsito
que nos recuerda
quiénes fuimos.
La apuesta es la felicidad.
Hemos fomentado
el cariño saludable,
y nos encontramos
donde la emoción
nos enseña a ser.
Pidamos fuerza.
Esto acaba de comenzar.
Juan T.
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