Salgamos
del hastío, del cansancio,
y vayamos hacia el mar
que nos sosiega.
Intentemos recoger
lo que nos merece la pena
con una voluntad
que debe regalarnos
unas secuencias
que han de auspiciar todo
lo que soñamos.
Nos haremos vivir
con la generosidad
del amor.
Sí, y siempre sí.
Procuremos la paz
en todos los órdenes,
y todo irá bien.
Seguro que incluso mejor.
Juan T.
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