Lo bueno de ser un humilde mortal es que ves todo en y desde el plano mismo de la fungible realidad. Así sabes quién está y el porqué con una cierta dosis de paciencia y de templanza. Sólo esperas que quien busca la materia no te pida explicaciones cuando secundas su distancia. Corre el riesgo de que se lo cuentes.
Juan T.
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