Me dijiste que sabría
cuándo llegaríamos,
el momento en el que todo
tendría un honroso sentido,
en una etapa tan nueva como repetida.
Me hablaste de ilusión,
de entusiasmo por el día a día,
de cautela y de pasión,
de gozo y de deseo,
de compartimentos añadidos,
de la divisa perfecta.
Me referiste lo que fue,
lo que ha de ser,
lo que vendrá
entre olas de colores y buenas temperaturas,
entre humedades de excelentes mañanas,
las que compartiremos.
Me enseñaste a ser feliz,
y ahí me quedé.
No tenía opción,
ni quise tenerla.
Disfruto la suerte de nacer aquí,
en Murcia, en cada rincón,
sí, rehaciendo mi corazón,
apuntando y saboreando
las más hermosas esencias.
Después de mucho viajar,
de conocer otros lugares maravillosos,
sé, ahora que me lo recuerdas,
que hablamos de lo mismo,
el amor a una tierra única.
Juan
Tomás Frutos.
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