Te digo que eres testigo de ese universal que me envuelve con un papel suave que posee tu nombre, como tú me englobas a mí. Te sugiero que me toques bien. El resto lo pondré yo.
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¿Te imaginas una vida los dos juntos? Piensa en esos instantes en los que todo tiene un grato sentido. La voluntad nos llevará con los pies juntos hacia ademanes preciosos. Te suplico un poco de aire.
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Te expreso mis deseos de paz, de concordia, de asimilación en un proceso que nos atosiga tan solo un poco más. Los descansos nos vendrán bien.
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Te he llamado desde una esquina que nos protege de la lluvia tormentosa. Estamos empezando en este nuevo rumbo del destino.
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