Digamos las emociones que nos sugieren un regreso al deseo más válido. Hemos de sellar las opciones con unas actividades no sesgadas. Apliquemos las recetas de la experiencia.
Expresemos los sentimientos más dulces, y procuremos la dicha de cuantos nos conocen. Hemos de apostar por lo humano sin que jamás el fin justifique los medios empleados.
Aplaudamos los elementos de la docilidad. Nos debemos al universo de las sensaciones leales. Podemos acuñar palabras de auténtico cariño.
Los vacíos de la existencia se han de llenar de creencias en nosotros mismos. Podemos prevenir muchas caricias y superarlas con garantías de suficiencia. No malgastemos los recursos que el destino nos disponga.
Razonemos con los derechos de la vida, y también con las obligaciones. No alternemos sin mirar hacia delante. Nos hemos de caracterizar en la jovialidad.
Juan T.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario