Dirigimos las miradas hacia esa etapa en la que fuimos suma, y no resta. Nos hemos de predicar desde los ejemplos más gratos, procurando que los avances sean de verdad, con honestidad.
No malgastemos los ejemplos, y seamos con impresiones de lealtad hacia nosotros mismos. Nos hemos de pensar con una decisión que ayude.
Los párrafos de la presencia clara nos han de brindar unas experiencias con las que nutrirnos desde la verdad menos rencorosa.
Debemos propiciarnos un avance que nos resulte clave en los instantes más apasionados. No debemos desdeñar lo que fue desde el interés más manifiesto.
Nos pensaremos en los últimos segundos desde las posibilidades que tenemos, que son muchas. El día nos ha unido, y lo hará también la noche.
Juan Tomás Frutos.
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