Me despierto, y te veo,
y entiendo que el sueño
ha sido realidad, la mejor realidad,
y me digo de seguir
con lo verosímil,
que la verdad ya cansa demasiado.
Me despierto, y te rozo,
y me entrego a la pasión elucubrada,
y me expreso con ese don
que sólo tu milagro produce.
Me he despertado,
y veo que lo soñado
ha merecido la pena
para hallar a ese yo deseado.
Juan TOMÁS.
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