Nos permitimos
tiempos hermosos en lugares
que nos sirven de emplazamientos
magníficos, únicos,
para salir adelante,
para triunfar en comandita,
dando prestancia
a lo que tiene sentido
y sentimiento, deseo y realidad.
Es buena esa licencia.
Nos involucramos
en las creencias y liturgias
que nos proponen vueltas
a los momentos más queridos.
Hemos sido en el trance nuevo,
y por él nos hemos quedado
donde la emoción tiene
algo más de sentido.
Es el día, con sus claves.
Juan T.
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