sábado, 7 de diciembre de 2013

NO PODRÍA IMAGINAR NADA MEJOR


Me levanto temprano, y tengo la suerte de verte. Siempre has estado a mi lado, incluso cuando no he sido consciente de ello. Abrazo el día con tus fuerzas y advierto que la hermosura es una de las fuentes eternas de las que beberemos.

Hablamos, aunque no estás presente, y nos contamos nuestras cosas: unas son poco importantes, y a otras les ponemos relieve nosotros. El mundo es así, sencillo y complejo según la óptica que colocamos a la cámara.

Sabes que me gusta madrugar. No me importa el frío cuando eres tú quien aguardas. Me regalas coraje y paz desde el amor multiplicado. Un ciudadano de a pie no aspira a más... ni a menos. He tenido contigo la suerte de cara. El milagro ha sido igualmente que nos contempláramos entre tanta gente. Las prisas y las abundancias a veces no dejan ver el bosque. En nuestro caso vimos la estrella en el árbol más bonito.

Vuelvo a madrugar, y, mientras me acuerdo de los últimos, a quienes no hemos de dejar solos, intuyo que, desde esos primeros rayos que me otorgas con su correspondiente calor, será un buen día. El azar ha dictado que volvamos a estar juntos. Nada mejor podría imaginar.

Juan TOMÁS FRUTOS.

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