Nos hemos de decir lo que nos previene con unos gustos que nos darán cuanto fue en el destino que podemos preparar como universal.
Contengamos los pronósticos con unas versiones que nos han de llevar donde la existencia adquiere algo de sentido. Los conceptos han de ser en la vida misma.
Nos deberemos introducir en la cuestión que nos permite dar con lo más ilusionante. No paremos ante lo que nos conviene.
Imaginemos lo que se puede deducir con trayectos de prestaciones periódicas. Hagamos que podamos. Tenemos más fuerza de lo que otros puedan dictaminar.
Los fines nos han de dirigir hasta el punto de unión. Los círculos deben perfilar cuanto queremos realizar. Nos debemos a la realidad misma, con ella, desde ella, procurando avanzar sin tensiones, con la mano tendida.
Juan TOMÁS FRUTOS.
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