Nos tildamos de querencias que nos llevan donde la vida adquiere el suficiente sabor para dar con la voluntad misma, que nos añade sumas que siguen por los mejores caminos.
Nos introducimos en un universo de deseos por cumplimentar. Nos hemos dado lo más bello. Hemos sido en la búsqueda de una razón que nos hace ser.
Nos regamos de esperanza, de una cristalización que nos hace falta. Vamos dando con la señal que nos ubica en el punto exacto.
Debemos posibilitar las ventajas oportunas para alcanzar el mar que nos permita ir al fondo de la cuestión más loable. Sepamos por qué funciona la existencia que tanto estimamos.
Destaquemos los aspectos de ocio que nos deben sacar de los límites que hacen daño. La vitalidad es, según nos decimos, extraordinaria.
Juan TOMÁS FRUTOS.
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