Razones para amar
hay, muchas,
y por eso defiendo
los intereses que compartimos
día tras día
con la gestación
del mejor linaje.
Hemos de darnos
ese pie
que nos destaca
cuanto fuimos en la noche
de los fines
que nos despiertan
con destrezas sinceras.
Apuntemos todo lo alto
que podamos
con intereses y objetivos
queridos, sinceros, excepcionales.
Todo tiene su afán:
gracias él llegamos donde debemos,
sobre todo porque hay amor,
mucho, muchísimo...
Juan T.
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