Rastreamos esos compromisos que nos llevan donde el mar tiene azulados anhelos de pura libertad con la que contrastar lo que fue y lo que seguirá siendo.
Nos debemos a los universos en los que nos procuramos estancias de reservas hacia la etapa que nos permite estadios con los que crecer entre querencias que estarán donde todo tiene algo más de sentido.
Nos hemos de dar las señales de unas caricias con las que incrementar los anhelos de una previsión con la que ser en los entreactos que nos promueven con recreaciones de sensaciones.
Nos hablaremos con los aires de una juventud que nos previene con sus toques maestros. Nos reservamos ese todo que nos puede. Nos deleitamos.
Predicamos de nuevo con los ejemplos netos. Nos debemos postular con elementos fortalecidos por las necesidades en las que nos hallamos. Son muchas, y nos juntan.
Juan TOMÁS FRUTOS.
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