Tomemos la razón
de más peso
y vayamos hacia ese mar
que nos argumenta
con sensaciones claves.
Nos hemos de dar
ese trance de amores
que han de hermosear
con una cautela
que nos dirigirá hacia el mundo
más sensato.
El cariño es todo:
lo es ahora, y lo será.
La paz de los que nos enseñaron
nos saca
de esa coyuntura que nos ha paralizado.
Ahora el amor nos impulsa
para declararnos
en equilibro y con felicidad.
Sacamos el hierro
y nos damos toda la dulzura.
La oportunidad nos hace reales.
Cabe la posibilidad
de vivir, de seguir, de ser.
Juan T.
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