domingo, 28 de diciembre de 2014

CUESTIÓN DE FE

Escribamos los sentimientos más internos, los más honestos, los más propios, como base compensatoria del destino diario.

No nos opongamos a esas transformaciones que nos mantienen en un perpetuo conocimiento. La voluntad de aprendizaje se ha de añadir al desarrollo de una constante capacidad de análisis.

Reivindiquemos la educación y el respeto como sustento para procurar un mayor interés social. Hemos de superar los retos y los problemas con inicios simpáticos y genuinos.

La amabilidad ha de facilitarnos paz, mucha paz. Somos, habitualmente, entre destellos de ideas que hemos de conservar vivas con aquellos que nos quieren de verdad, intentando incorporar a conocidos, a gentes que deambulan antes o después por nuestro entorno. Hemos de estar despiertos y abiertos a cada amanecer.

Prestemos el suficiente espacio también para que podamos tomar impulso. Atemperemos las pasiones y aligeremos el equipaje para adecuar los pasos y los ritmos con realidades justificadas. Hemos abundado en tantas opciones que ahora lo que toca es ajustarnos a lo que somos capaces de realizar como cimiento del futuro, por el que hemos de laborar siempre, pase lo que pase, con independencia de las circunstancias existentes. La fe, como constatamos, mueve montañas.


Juan TOMÁS FRUTOS.

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