Miremos la
existencia como lo más atractivo, como lo más deseable, como la base de todo,
porque lo es.
Demostremos
con hechos que vamos en pos de lo apetecible, con amor, con señales que nos ubiquen
de manera oportuna.
Nos hemos de
encontrar con afectos. No aceptemos la soledad como el pago inevitable.
Busquemos en los que nos quieren, algunos desconocidos incluso. No todo ha de
tener un precio nocivo.
Esta mañana
nos distrae con sus instantes de resplandor y de sosiego. Eso es bueno.
Comenzar con relajo es óptimo para tomar un impulso equilibrado.
La vida es un
bien preciado, único, irrepetible en la dimensión que conocemos, y un recurso
necesario para la paz y la convivencia sociales.
Tomemos lo
suficiente para que no nos falte la dicha, que es cimiento del universo, de lo
que tiene sentido y de lo que no. Cambiemos las condiciones y circunstancias
mudándonos a nosotros mismos. Poco a
poco iremos haciendo el trecho. Tenemos mucho que ver para vivir de verdad. ¿Vienes?
Juan TOMÁS FRUTOS.
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