Sinceridad y poder
La sinceridad,
lo sabes,
es una
necesidad, el camino
para salir de
la parte oscura
que lucha por
ganar
en mil
incombustibles batallas.
Te dices
frustrada,
y no me lo
quiero creer,
aunque sé que
no mientes.
Algo hay en ti
de pesar,
que escondes
con una alegría superlativa,
que me encanta
y atrae,
pero que
reconozco cargada y herida
por ese todo
que es el conjunto,
y que también
es la nada,
que
distanciaremos.
Me miras, y te
advierto:
reconozco en
ti alguien conocido,
y lo eres
porque el dolor
se extiende y
nos rodea más
de lo que
quisiéramos, amiga mía,
en esta
sociedad de modas y de superficialidades.
¡No te duermas
con sueños malditos!
Sé que tienes
tu verdad,
mas no la
aceptas como la tuya.
Por eso el
mundo se cae, se derrite,
se desestructura,
y dobla inútilmente
las mitades
que deberían ser cruciales.
Te sientes
frustrada:
lo repites, lo
estimas, lo viertes así,
y yo te digo
que eso se ha acabado.
Si creer es
poder,
hoy te
conmino, campeona:
¡demuéstramelo!
Juan Tomás Frutos.
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