Ven a verme
y te diré
que nos conocemos
de mil vidas
en las que el amor
lo fue todo,
como ahora.
Ven a verme,
y te diré
hasta con mi silencio
que la belleza
y la más radiante hermosura
son las constantes
con las que creceremos
en los próximos años.
Camina, y ven,
ven a verme.
Nos recogeremos
para viajar
hasta el Olimpo
de las deidades cariñosas.
Todo es ahora,
ahora mismo, sin ruido,
con la más relativa cordura.
Ven, sí, ven a verme.
Te estoy esperando
durante toda una vida.
Juan T.
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