Comamos de la tarta
de la felicidad,
que se nos multiplica
para dar suculentas dosis
a quienes amamos.
No nos hartemos,
que los días plantean
una cierta previsión alocada.
Hemos de emplearnos
pero sin cansarnos
de estar y de ser
en esa suerte que es juntarnos
para dar con la perfección.
Comamos de nuestra fuente
inagotable, especial y única.
Pensemos y experimentemos
la fortuna de vivir.
Sé que lo percibes como yo.
Juan T.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario