Nos extenderemos hacia ese bien que nos colocará donde la emoción tiene sentido. No cabalguemos por noches oscuras.
Debemos abundar por sendas que nos hagan ser un poco mayores, más maduros. Nos debemos sonreír entre espacios de algodones.
Nos manifestaremos con especial cariño ante lo que acontece. No rompamos las reglas del mejor juego, que ha de estar donde toca.
Volvamos hacia ese pedestal que nos entronca con lo más querido y señero. Nos hemos de ubicar en el frontispicio de lo espiritual.
La vida es lo que es. No malgastemos lo deseable, lo leal, lo que nos envuelve de cortesía y buen hacer. Pongamos todo en su sitio. El abrazo trae calor.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario