Contrasta
sus emociones para palpar que aún está vivo. Registra que es así en la tarde
calurosa. Busca una sombra, pero la temperatura sigue subiendo. Es por el
momento, y no sólo por la época. Percibe la presión.
Camina
como ha aprendido, como un caballero. Parece como si fuera el último paseo.
Puede que lo sea. También de eso sabe. Acecha el peligro, que otea como si
fuera un amigo.
Ha
cultivado su cuerpo, su mente, todo cuanto es, para saborear el instante, y
para que la victoria nunca sea derrota. También debe evitar el revés de la
amargura de caer ante un triunfo mal asimilado. Conforma la realidad al ritmo
que le parece suyo. Se domina.
Halla en
los criterios y valores comprometidos ese futuro que está lleno de escrúpulos y
buena fama. Por ello ha bregado tanto. Está donde quiere, o eso piensa. Se
inspira en el ambiente.
Las dudas
se van transformando en un túnel de empeño y de coraje. Sigue hacia delante con
la entrega que le caracteriza. Ha fomentado con creces esa profesionalidad
aderezada de ternura. Por eso, cuando llega la vacilación, la supera. Ha sabido
crecer y madurar. Esta tarde lo demuestra. Doy fe, que es la suya y la mía.
Juan TOMÁS
FRUTOS.
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