sábado, 22 de junio de 2019

La siembra del día


Los anhelos son esos destellos que nos guían de buena mañana. Es un placer mirar el cielo y ver reflejados en él las maravillas de una Creación infinita, una parte perceptible y otra intangible.

La voluntad todo lo puede. El gesto, las intenciones y los actos en pos de una misión que nos defina y haga felices simbolizan las bases de un porvenir en el que sumaremos siempre. Lo sabemos cuando actuamos de manera conveniente, equilibrada, e incluso cuando lo hacemos asumiendo riesgos.

Mancomunar experiencias y elecciones nos fortalece. Tenemos todo el universo a nuestro lado. Hemos de afirmarnos desde el enunciado de lo que nos sucede cotidianamente, que siempre tiene un porqué. No desarrollemos nuestras vidas en balde. Todo es fruto de algo que hemos de caracterizar para potenciar lo bueno y dejar atrás lo pésimo.

Con paz

Empecemos el día, por ende, llenos de paz. No miremos donde no conviene ni para tomar impulso. Las energías están dentro y en esas amistades que todo lo procuran. Dediquemos horas a lo merecido.

Seamos personas sin inconvenientes vacuos que nos arrastren a una pérdida existencial. El presente es posible, pese a los avatares, desde la emoción de cada instante, que es decisión provechosa, o debe, y nos brinda un nuevo paso.

Configuremos la mejor radiografía, y luego hagamos de ella una expresión ideal de lo que nos permite el hallazgo de la justicia y de la dicha a partes iguales. Los elementos que nos rodean nos reportan los ingredientes esenciales para el mejor guiso. De nosotros depende su combinación y su tiempo de elaboración. Los maridajes determinan los resultados.

Estemos, en lógica reflexión, dispuestos a transformar lo que sea menester para que el día que ha llegado sea hermoso en puntos fundamentales, y, por qué no decirlo, también en los accesorios, en cuanto reclamamos para aquellos que amamos. Lo que sembremos en ellos nos alcanzará de alguna manera.

Juan Tomás Frutos.

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