Disfrutamos del día
desde la consideración más natural.
No hay ni prisa ni pausa.
Nos gozamos.
Nos empeñamos.
Nos maravillamos.
Aprendemos a compartir
con lazos de deseo, pasión
y bellas intenciones.
Todo sigue, todo es,
todo nace
donde debe, con prudencia
y mucha paciencia.
Disfrutamos del día
con amor,
que es mucho,
y sin generar necesidades.
Del día, del momento.
Juan T.
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