sábado, 23 de octubre de 2021

El itinerario de la dicha

Alimentemos la vida

con cariño, con vocación

de ayuda a los demás.

Trabajemos, aprendamos,

exploremos con puntos de vista buenos.

 

No permitamos que se agote el agua,

fuente de vida.

Sepamos lo que nos conviene,

y vayamos por esa hoja de ruta

que alimenta.

 

Hablemos desde el corazón.

Actualicemos lo que nos sirve.

Hemos de traducir

aquellos sentimientos que no entendamos.

 

Nos curaremos con criterio,

con empeño y con gracia. 

No truquemos las historias

en las que nos inmiscuimos.

 

Seamos transparentes,

honestos y seguros

en nuestras relaciones cotidianas.

No hace falta la perfección,

pero sí la lealtad.

 

Manejemos nuestras actividades esenciales.

Hagamos transformaciones tranquilas.

No nos basemos

en cuestiones nimias y tempestuosas.

 

Recojamos la simiente más noble.

Hay un abanico de posibilidades

que nos pueden llevar

tan lejos como queramos.

 

No traicionemos nuestras convicciones.

Debemos vivir con nuestros espíritus

desde el entusiasmo y el sosiego.

 

Las mechas de los fuegos

quedarán lejos,

sin el aval de un crecimiento estúpido

que nos haría perder

el ritmo en el sentido adecuado.

 

No dilapidemos la dignidad.

Seamos responsables con el amor

que indiscutiblemente debe ser libre,

pero sin hacer daño.

 

Experimentemos en comunicación

para percibir lo que surte un fructífero efecto.

Seamos independientes

en hilo y entre deseos con los otros,

los formidables y benignos,

los cimientos de un auge

que, por colectivo, nos enaltecerá

y nos generará dicha.

 

Ése es el itinerario del emprendimiento.

Cada día.

Por favor.

 

Juan Tomás Frutos. 


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