sábado, 29 de diciembre de 2012

El cristal con el que miramos

Soñemos con darnos el suficiente amor para que nada falte en nuestras vidas, que han de pregonar y extender los buenos sentimientos como experiencias humanas que pueden justificar nuestro paso por este planeta y en esta dimensión.

No tratemos de cerrar todo, pues nada se perfila definitivamente en los momentos actuales. Quizá nada se cerró nunca. Durante décadas intentamos que las cuestiones fundamentales funcionaran, pero poco más. Hemos de normalizar lo que nos puede servir de conclusiones en la actitud diaria.

No estemos en el sufrimiento perpetuo y sin sentido. Hemos de prodigarnos en los buenos resultados con el fin de no quedarnos en la nada, atrás, sin opciones. Tengamos las apariencias que nos pueden endulzar las posibilidades con las que cabalgamos una y otra vez.

No rompamos los hechizos que se mueven en una contradicción permanente, pero, en todo caso, siempre hacia delante, sacando partido de los elementos que nos envuelven con sus intuiciones más o menos sensacionales.

La existencia es una partida de intereses donde la moderación ha de albergar la suficiencia y lo suficiente para no colmatar las posibilidades que todos tenemos, o decimos tener, o que, sin duda, hemos de conseguir de algún modo. Todo es según el cristal con el que miramos. Todo es una combinación de circunstancias propias y ajenas, donde la actitud, la postura que tomemos, es esencial.

Juan TOMÁS FRUTOS.

No hay comentarios: