Superemos los bloqueos existenciales con un toque de amistad profunda. Sepamos por dónde podemos caminar. No singularicemos las apariencias que nos ocasionan daño. Tratemos de hacernos fuertes en la unión que mueve montañas diarias.
No nos apaguemos por los hechos de otros. Sepamos que la senda es común y conjuntada. Nos hemos de procurar una oportunidad grande.
Todo tiene sentido, más del que captamos en ocasiones. Las promesas debemos cumplirlas en los instantes menos fugaces.
Sugiramos las preferencias con las que somos felices, y adoptemos el mundo de las genialidades tan pronto como pueda ser, para que nada fracase, al menos para que no falte lo esencial.
Enumeremos las presentaciones con las que nos sentimos muy optimistas, más que eso. Hemos de progresar dándonos las facilidades que nos pueden señalar la grandiosidad del quehacer cotidiano.
Intentemos que el universo siga sin ofensas ni ofrendas de desequilibrios y sin contemplaciones que nos sean engañosas. Aguantemos los chaparrones, pero no nos resignemos inútilmente. Tengamos un poco de rebeldía respetuosa.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
"No nos apaguemos por los hechos de otros." Es cierto, no somos responsables de los actos u omisiones de los demás (se peca tanto por hacer como por no hacer); sin embargo, emocionalmente nos afectan, sobre todo si van dirigidos a personas que amamos. No se comprenden ciertos comportamientos crueles, egoísta e hipócritas.
Tú eres bueno por naturaleza, tus palabras siempre invitan a la esperanza, pero a veces es difícil seguirte.
Un beso grande, querido amigo.
Completamente de acuerdo contigo, Ana. En lo ultimo tambien.
Besos para los dos.
Publicar un comentario