Comprobemos el amor
pero de manera natural,
hablando y desarrollando
lo que sentimos,
para que no quede en un decir.
Aclaremos las dudas
que nos perturban
con prestaciones periódicas.
No seamos remolones.
Vayamos de manera temprana
a donde relatamos
que se halla el cariño verdadero.
Tenemos un potencial espiritual
que hemos de compartir
sin pedir nada a cambio.
Cuando decimos nada,
hoy, al menos, es nada.
Juan Tomás.
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