Viajemos
por esos mares verdes
que son tus ojos,
en los que aprendo
a amar sin certezas
y a ser mejor persona.
Hablemos del deseo
que podemos compartir,
de la voluntad que podemos generar,
de las edades que nos unen
hasta decirnos de verdad
todo cuanto merece la pena.
Volemos
por esos momentos
que justificaron la espera.
La singladura, hoy, apetece.
Juan T.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario