Vivamos los aires de una juventud que hemos de eternizar con unos criterios de amores profundos, densos, casi únicos.
Debemos unirnos a las razones de un camino que ha de ser en el verano más estimulado y querido. Nos hemos de aprovechar de lo mucho.
Cambiemos. Las temperaturas nos han de pedir tiempos y compromisos. Los momentos nos han de solicitar una amistad genuina. Lo que fue único ha de volver a ser.
Las salutaciones han de servir para darnos una promesa bien cumplida. No nos compliquemos. Involucremos las introducciones más gustosas con las alegrías que nos permitan asomarnos a las actividades fundamentales.
No paremos ante los desmanes de unos tiempos que no terminan de acoplarse a los territorios. Seamos fantásticos. No suframos por nada. Al menos, debemos procurar que así sea.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario