Reducimos los tiempos
para dar con las claridades
que nos transportan
al punto del deseo
y un poco más.
Nos alejamos
de aquellos destinos que no frenan
el hastío y la sinrazón.
Hemos llamado y convocado
los mejores planes
con el ansia bendita
de seguir de nuevo
hasta el infinito,
que nos aclarará la voz.
Nos influimos
con un poco de amistad,
con un poco más,
y nos exponemos al riesgo del amor,
sabiendo que, aún perdiendo,
ganamos la oportunidad de vivir.
Juan T.
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