Solucionamos todo
en este día
en el que nos basamos
en el amor verdadero,
sin esperar a mañana,
viviendo el instante,
figurando en el lugar más destacado,
abriendo los caminos
de la emoción sincera.
Nos sentimos bien
en ese segundo que justifica
la espera sin guarda ni captura
de nada, en plena libertad,
desde la estancia de una ilusión
que nos embarca
en la más señera aventura.
Hemos platicado incluso en sueños,
sin conocernos, en la fe
que mueve las montañas del cariño.
Ahora nos experimentamos
con normas que nos harán viajar
tan lejos como ese mañana
que, sin saberlo, hemos de ganar.
Solventamos con fe
lo que afrontamos y lo que anhelamos,
y caminamos juntos
como forma de triunfo anónimo,
que es el más duradero.
Das fuerza:
más no se puede pedir.
Juan TOMÁS.
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