Reclamo tu atención,
y soy en el merecimiento
de un amor
que despierta al nuevo día
en el lecho de la esperanza.
Nos gozamos
en esa eternidad que pregona
las opciones de cambio,
de mejora, de tránsito hacia el mar
de las sensaciones queridas.
No marcas estrategias,
y eso me encanta.
Todo lo importante sucederá
en cuanto sea preciso,
con la casta de un cariño
bien nutrido.
Pido un poco de atención
en mitad de una ternura
que todo lo vale
en esta flamante entrega
que nos mueve hasta el inicio
de una era que será completa
porque comienzo contigo.
Hablo de felicidad:
la he encontrado.
Juan T.
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