Sueña el día con nosotros. Solo debemos tomar
conciencia de ello. Nos espera con sus ganas, con sus ventajas honestas, con el
fluir de la solidaridad, con la bondad, con la entrega, con el cariño, con
algún beso, con la suavidad de unas manos, con resortes positivos que nos
ensalzarán y nos ubicarán en lo más alto, si así lo deseamos de corazón.
La actitud nos define cada día, que es capaz de
mostrar lo óptimo y sus contrarios. Por eso es tan importante la fortaleza
interior, el contar con amigos, que hay que nutrir cotidianamente, el saber
dónde vamos, y el ser uno mismo.
Hay conceptos que nos debemos recordar cada jornada,
y defenderlos como vitales que son. Sin ellos no somos nada, andamos vacíos, y
lo que nos conviene es sustentarlos, mejorarlos y que nos transformen para
mejor.
Por eso este
día es tan fundamental, y por eso nos sueña cuando nos ofrece las cartas que
únicamente nosotros hemos de elegir. No consintamos que las dudas o el miedo
nos roben esa elucubración que, si es buena, hemos de realizar.
¡Vamos ya por
esas horas irrepetibles como la vida misma! Nos aguarda la felicidad.
Juan
Tomás Frutos.
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