Nos fundimos
en ese anhelo constante
que fragua
desde la amistad,
y nos hacemos unidad
en el pasado, en el presente
y con ansias futuras.
Nos ponemos a cabalgar
por los sueños que alimentaron
la esperanza en la que creímos
en dos momentos sugerentes.
Nos destacamos lo mucho,
lo poco, lo ideal,
cuanto fue, lo que queda,
y nos predecimos
con unas ventajas suaves
que saben y recuerdan
cuanto disfrutamos
antes de tiempo, siempre.
Nos mezclamos en un abrazo
con besos flamantes
que indican que el camino a casa
lleva tu nombre
con luces que apartan
los momentos aciagos.
Nos complementamos en la fe
de la inocencia,
sabiendo que no hay nada
más importante, nada,
que el estar juntos tú y yo.
Juan TOMÁS.
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