Aplaudo tu amor,
y me dirijo a tus deseos
en el comienzo del día,
que implementa las ocasiones
con una participación idónea.
Hemos corregido
las diferencias,
y nos hemos puesto
en la más auténtica misión.
Salimos a vernos,
y damos con la gracia
del cariño verdadero,
el que compartimos
por deseo expreso
del Sol y de la Luna.
Nos vestiremos
entre nuevos consejos
que nos otorgarán el amanecer
más hermoso, el más querido,
el que nos dictará
las mejores resoluciones.
Podemos ser felices,
y, en consecuencia, debemos.
Juan T.
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