Es importante empezar el día sabiendo de los buenos
amigos. Es una fortuna contar con ellos. Nos agrada no sentirnos solos, aunque
a menudo esa soledad nos aporte dosis necesarias de fortaleza.
Las personas que nos apoyan son esas estrellas que nos
iluminan el camino y nos dictan los ritmos del corazón. Son unos bienes
inconmensurables que nos añaden buenos ejemplos y potencian así las más
hermosas virtudes.
La salud y el amor (junto con el suficiente dinero, que
contribuye a la dignidad de lo cotidiano) son baluartes con los que crecer. Ahí
los amigos son Soles y Lunas con los que transitar con solvencia y paso firme.
Por eso nos procuran tanta jovialidad, que hemos de
intentar merecer con correspondencias espontáneas y no obligadas, con
solidaridad y ansias de cooperación altruistas y sinceras.
Contar los unos con los otros en el universo social es
una dicha en todos los ámbitos. Cuando así lo vemos podemos estar convencidos
de ir en la más sabia dirección. El día comienza, y hay toda una ruta de
creencias y de querencias por conseguir, mantener, compartir y extender. No
dejemos sin atar ni un sólo segundo de la felicidad que nos corresponde. Lo
bueno de ésta es que hay tanta como queramos. De veras.
Juan TOMÁS FRUTOS.
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