Se levanta el día,
y en él nos reconocemos
con tacto y con besos.
Nos hemos esperado
mucho tiempo.
Ahora sabemos
que ha valido la pena.
Nos ajustamos.
El día nos da una opción:
con fé
nos debemos el uno al otro.
Manifestamos fuerza
y, en la soberanía del cariño,
nos amamos largamente.
No hay condiciones
en ninguna parte:
nos hemos rendido
al deseo.
Juan T.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario